
CARTA DE UN HUMANO A UN ANIMAL
Desconocido y sufrido animal,
Tengo el privilegio de responder a tu carta, publicada hace unos días en este blog y dirigirme a ti, así como a todos los animales maltratados o abandonados.
Confesaré que mi primera reacción al verla fue pasar de ella, pero por alguna desconocida razón no lo hice ¡Se ve tanta publicidad y tanta basura hoy en día…!
Al leer tu sentir y tu agradecimiento hacia quienes os protegen y os ofrecen una segunda oportunidad, empecé a sensibilizarme y a documentarme sobre el maltrato que muchas veces se os da.
Partimos del hecho de que, jurídicamente, no tenéis derechos, puesto que no se os pueden exigir obligaciones, pero nadie puede negar que, como seres vivos, os merecéis respeto y está claro que sentís dolor, hambre, sed, miedo, tristeza, alegría y muchas emociones más.
Si los humanos presumimos de ser animales racionales, es justo que vivamos como tales y si utilizamos el raciocinio, sin duda, comprenderemos que, entre nuestras obligaciones, está la de proteger a los reinos inferiores, así como al medioambiente.
Te diré que al igual que en tu reino existen animales que son más agresivos que otros, en el reino de los engreídos humanos también hay muchos niveles de desarrollo, nada menos que 777 niveles, según aseguran quienes saben más que yo.
Cuesta mucho de entender esto, porque parece que los coetáneos hayamos de estar todos al mismo nivel de evolución, pero no es así, porque estos niveles no se refieren a la evolución tecnológica, ni siquiera a la evolución biológica de la especie humana, sino a la evolución de la conciencia, algo que, gran parte de los llamados homo sapiens, pasan su vida sin saber lo que es.
En nombre de todos los que ya nos hemos sensibilizado con vuestra causa y en el de aquellos que un día lo harán, quiero pedirte perdón por todos los animales del reino humano que os maltratan, que os abandonan, que os utilizan como máquinas de producir dinero, sin ser conscientes de vuestro desgaste, de vuestro dolor y de vuestros miedos.
Existen muchos bárbaros que cometen atrocidades con los seres más débiles: niños, enfermos, ancianos, mujeres, animales, pero si ellos fueran conscientes de su responsabilidad, con toda seguridad dejarían de hacerlo, pero por las circunstancias vividas o porque han venido aquí a destruir, tal vez, para que otros construyamos, actúan como animales devastadores y piensan que el poder, la fuerza y la brutalidad son sinónimos de grandeza, cuando no hay mayor grandeza que trabajar con humildad a favor de la evolución de todos los seres del planeta.
Los humanos podemos hacer cursos para aprender a gestionar nuestras emociones, para sonreír cuando por dentro estamos maldiciendo, para comportarnos de forma políticamente correcta, pero vosotros no, vosotros no mentís, no chantajeáis, no criticáis, vosotros sois lo que sois y así se percibe en vuestra limpia mirada.
Perdonadnos porque no sabemos hacer más, la evolución es lenta; los castigos, a mi entender, sirven de poco o nada; todo es cuestión de conciencia, de evolución, de educación y, mientras nos dejemos llevar por las emociones y la sinrazón presumiremos de ser animales racionales, pero seguiremos estando muy cerca de las cavernas, aunque llevemos en la mano el último modelo de móvil y tengamos la vivienda domotizada.
Desde mi insignificante posición, poco o nada puedo hacer, salvo unir mi voz a la de quienes os protegen.
Desconocido, respetado y querido animal, recibe el cariño, el reconocimiento y las disculpas de un humano que aspira a un mundo sin maltrato, más justo y mejor.
Dada la buena acogida que ha tenido la “Carta de un animal a un humano” (pincha aquí para leerla) he decidido volver a publicar la respuesta a esa carta. ¡Gracias por vuestras palabras!
Gracias por la carta. La suscribo.
Para reflexionar el trato que se da en algunas granjas a los animales para que nos proporcionen sin parar huevos, leche y carne, en exceso incluso.
Mucho podríamos aprender de su corazón y el amor incondicional que nos regalan.
Un beso, preciosa gatita.
Gracias por el comentario, Cristina. Un abrazo y arrumacos de Sol y Luna
Hola Ana,
Yo creo que no es solo el raciocinio. Tendemos a creer que como no se pueden comunicar como nosotros lo haríamos, no merecen ser escuchados. como bien dices, sienten verdaderamente y naturalmente sin haber aprendido previamente, como lo haría un humano, fingidamente.
Si los animales, cual sea que fuera la especie, tomarían control de lo que nosotros nos enorgullecemos, e ser Homosapiens. ¡Qué ironía! ellos llevan más tiempo en este reino mundo que llamamos ciclo de la vida.
(Tengo un pastor aleman y te aseguro que solo con los gestos es como si ya hablara. ¿Escuchamos? ¿Observamos? No lo suficiente)
Me ha gustado mucho,
¡¡Un saludo!!
Creo que cada vez somos más los que pensamos así, pero tenemos un largo camino por delante.
Yo tengo dos gatos adoptados y no hace falta que hablen nuestro idioma para que puedan expresar lo que quieren. Mirar los ojos de un animal y observar su limpia mirada es algo que me emociona.
Recuerdo a Rin Tin Tin y a Rex, perros de la raza del tuyo que nos han deleitado y nos deleitan con su trabajo. ¡Cuántos humanos hay que no daríamos la talla a su lado! Disfruta de tu perro y ráscale la cabeza de mi parte.
Gracias por pasarte y por comentar.
Un fuerte abrazo
Es necesario un cambio en la conciencia grupal. Pero para llegar a ella deben empezar a germinar las semillas de aquellas conciencias individuales, que arrastrarán con su ejemplo a otras hasta conseguir entender y sentir que en realidad somos uno. Dejar de ver con los ojos de la cara y empezar a hacerlo con los del corazón. Sentir. Sentirnos.
Es necesaria una R-evolución.
Gracias por esta carta, Sophie. Yo también quiero pedirles perdón.
Un abrazo.
Alma, gracias a ti por leer y comentar. Ha sido una alegría encontrarte en la blogosfera.
Besos y arrumacos de Sol y Luna.
Y desde tu insignificante posición puedes hacer mucho. Todo suma. Todos sumamos. Hay que contagiar. Granito a granito se forma un desierto, gota a gota un océano, partícula a partícula el Universo. Seguro que tu aportación tiene un impacto mayor del que crees.
¡Ánimo!
Totalmente de acuerdo, Alma. Esa fue mi intención cuando escribí las cartas y te puedo asegurar que la entrada más visitada en mi blog es la “Carta de un animal maltratado”, pocos días pasan sin que alguien la lea. Otro abrazo.
Pues yo también me uno a esas disculpas tan necesarias… Muy acertado y muy original.
Gracias, Marta. Es mi granito de arena para concienciar.
Un abrazo y feliz domingo
Querida Ana:
Yo también aspiro a un mundo mejor y más justo para ellos. Tú vas poniendo tu granito se arena, sembrando consciencia y amor hacia ellos con tus dulces letras y tus responsables actos.
Respeto y empatía son la clave. No lo concibo de otro modo.
Gracias.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Alma Gatuna.
Es muy agradable recibir mensajes como el tuyo.
La verdad es que estas dos entradas las han leído muchísimas personas y eso me hace pensar que cada día somos más los implicados en la causa. Hace años que colaboro económicamente con una protectora,la misma que hace dos me enseñó cuatro gatitos que habían quedado huérfanos. La mirada de Sol se cruzó con la mía y ahí empezó nuestro amor; para que no estuviera solo adopté también a una hermanita y le puse el nombre de Luna. Los dos son una delicia.
Otro abrazo.
Ojalá esta carta pudiera llegar a todos los animales de este planeta.
Espero que el hombre evolucione de verdad sensibilizándose ante el maltrato animal y entienda que todos los animales tiene derecho a la vida. Por lo menos, ante la ley, han dejado de ser un objeto y ya empiezan a tener derechos. Aunque es largo y costoso, quiero pensar que vamos por buen camino.
Un abrazo.
Hola, Josep Mª.
Yo también pienso que cada día somos más los que estamos sensibilizados con esta causa. Es un largo camino, pero pasito a pasito lo iremos recorriendo. Gracias por pasarte y comentar.
Te mando otro abrazo.
Suscribo las palabras de Anatolle France: “Hasta qu no hayas amado a un animal parte de tu alma estará dormida”
Hola, Kelly. Me alegra verte por aquí.
Yo también suscribo esas bellas palabras. El tema es que, tal vez, los que maltratan o abandonan no piensan que tienen alma…
Muchas gracias por pasarte y comentar.
Felicidades por tu nuevo premio.
Un abrazo muy fuerte.
Apreciada Ana:
Es una carta muy emotiva, hace poco que tengo una perrita de dos años, que comparte juegos y compañía con el “abuelo” de quince años. Es enternecedor mirar como se protegen y se cuidan ambos. Ella es pequeñita y no sabe que puede hacer daño con sus dientecitos. Tener una mascota es una de las cosas mejores que me ha sucedido en la vida. Me quieren, obedecen, y sus caritas inocentes que te miran.
Espero que remueva muchas conciencias tu acertada misiva. Creo que lo más bajo es hacer daño a un animal, estoy en contra de cualquier tipo de maltrato. Algunos hombres se convierten en bestias despiadadas. (Todos los maltratadores de género, violadores, sádicos, pederastas, todos ellos necesitarían un buen escarmiento).
¡En contra de todo tipo de maltrato!.
Un abrazo literario
Gracias, Lola, por pasarte y comentar.
Creo que es muy sano convivir con mascotas porque hacen que aflore ternura, en un mundo excesivamente duro y adusto.
¡Por un mundo sin maltrato!
Un abrazo muy fuerte
Me parece una fantástica manera de remover conciencias y poner un granito de arena en la defensa de los animales, que tanto hacen sin pedir nada a cambio.
Cuando has tenido animales en casa, los que sean y has visto ese amor desinteresado, su alegría, su buen humor, la compañía que hacen, te duele ver lo que algunos son capaces de hacerles. Forman parte de la familia, son un miembro más y se les quiere mucho.
Besos
Así es, Conxita, pero no todos opinan igual. Segamos trabajando por un mundo sin maltrato.
Gracias por pasarte y comentar.
Un fuerte abrazo